miércoles, 28 de diciembre de 2011

Los Mayas tienen razón. EL 2012 EL MUNDO SE DEBERÍA ACABAR.




Se debería acabar como un planeta, en el que sus habitantes se esmeran por destruirlo todo en pos del “desarrollo”.

Se debería acabar el mundo de los que odian, de los resentidos, de los aprovechadores,  el mundo de los egoístas y envidiosos, el mundo del terrorismo y la violencia.

Se debería acabar un mundo con pobres (para que nadie lo sea), pero sobre todo, de los pobres de espíritu, esos son los peores.

Se debería acabar el mundo de la “mala ciencia” y de la “mala tecnología” que construye para destruir a las personas y al planeta. Que bajo el alero del “progreso” generan más caos, más basura, más desorden y más entropía.

Se debería acabar el mundo de los inescrupulosos que por beneficios políticos, sociales o económicos no dudan en pisotear la moral y los altos valores humanos. Que por el hecho de tener  unos votos o pesos más, hacen lo que sea con tal de ganar.

En fín, suma y sigue,  la lista es larga. Y no quiero esperar al 21 de diciembre de 2012, como pronosticaron los Mayas,  para que ese mundo se acabe. Ojala, el 1° de enero de 2012 podamos optar a un mundo con más paz, armonía y belleza.

Un mundo con justicia, tolerancia y respeto. Igualdad de oportunidades y respeto por los más débiles.

Un mundo en el que nuestros hijos puedan tener un futuro con proyecciones para sus hijos y los hijos de ellos.

Feliz 2012 o mejor dicho hagamos del 2012 un año feliz, en un mundo feliz. Mucho depende de nosotros.